Revelaciones de un pasado siniestro.
Veinticuatro años antes.
La señora Robinson tuvo un mal parto. Ella como muchas de las mujeres ricas y privilegiadas decidió tener a su bebé en la comodidad de su hogar. Todo estaba listo y arreglado para recibir a la pequeña Adele. El señor Robinson estaba muy emocionado mientras desde abajo oía los gritos desgarradores de la parturienta, los cuales le recordaban que pronto tendría en sus brazos a su heredera. Pero el parto demoró más de lo esperado , fue muy difícil y casi provocó la muerte de la señora Robinson. Pero la bebé fue menos afortunada y no resistió.
—¿Qué dices Azucena?—pregunta él al recibir la noticia tan terrible. La toma por los hombros con enojo sacudiéndola con fuerza. —¡ Eres una inepta! ¡ dejaste morir a mi hija!—Entonces no le importa llorar lleno de desconsuelo. Enseguida alza la mirada y ve a la partera. —¿ Ella lo sabe?—La mujer hace una negación con gesto decaído. —No fue mi culpa, la bebé estaba muerta en la barriga de la señora—dice angustiada. El señor