Mateo
—¿Por qué tienen que ser gallinas?— pregunté frustrado.
—No son gallinas normales— me informó Rosa.
—¡Oh!,si no son normales me quedo mucho más tranquilo— dije irónicamente.
—Quizás con estas gallinas te vaya mejor que con la cabra,Beta.Son gallinas salvajes— habló el padre de Elena.
—¿Gallinas salvajes,eso existe?—
—Sí,existen.En el bosque que rodea la aldea hay un montón de ellas— la rubia se puso a mi lado —De pequeña me gustaba jugar con los demás niños a perseguirlas pero había que tener cuidado,no podíamos tocar sus huevos o se enfadaban y se ponían muy agresivas. Mientras no te acerques a sus huevos todo estara bien,Mateo— me explicó.
—¿Y qué hay que hacer en la prueba de mañana?— pregunté inocentemente.
—Robarle los huevos a una gallina— sentenció el suegrito.
—¿Qué?—
—¡Ups! había olvidado que era eso lo que había que hacer,lo siento Mateo— mi pareja me dio un apretón en el hombro y me miró preocupada.
¡Genial!De los creadores de la cabra te odia llegaba ahora el ataque