No sé cuánto tiempo nos quedamos abrazados llorando, no sé qué pasa a nuestro alrededor, solo sé que Jareth esta destruido y que yo me estoy rompiendo a pedazos. No hay preguntas, no escucho las cámaras hacer el clic de fotografías.

Solo puedo escuchar el corazón acelerado de Jareth y su llanto que se mezcla con el ruido de mis lágrimas. El dolor es evidente, tanto así que, nos separamos y seguimos llorando. Su mirada roja por tanto llorar y sus mejillas húmedas, mostraban que una cascada había salido de sus ojos ante el dolor que siente.

Y no era para menos, hemos perdido nuestro hijo. Nuestro primer bebé que no tenía la culpa de mi imprudencia y desconfianza hacia Jareth, pero, que esta le había costado la vida. una que no volverá.

—Estaremos bien. Duele al punto que me cuesta respirar, pero, estaremos bien, porque nos tenemos mutuamente. Ahora, vaya