— Que chistosa. — refuto con una tensa sonrisa.
— No debes preocuparte bollito de azúcar, si nuestro caramelito llega a tropezar allí arriba, nuestro limón la salvará. — aseguro Gabriel poniéndose de pie y dejando un Beso en la frente de su novia. — Si quieres puedes descansar un momento conmigo. —