Capítulo 21. Lo admiro
Donato Marchetti
Por la gran diferencia de horas llegamos a los Ángeles casi de noche, es un lugar bastante atractivo, Adriano y yo vamos en el auto hacia el hotel, se nota muy cansado.
—Señor Marchetti, le informo que hay una habitación de las reservadas que no está lista, —alzo mis cejas con sorpresa.
—Adriano, —lo llamo tratando de que me diga que sucede.
—No sé qué paso señor, me encargué de hacer todo con tiempo, —informa.
—Es nuestra culpa, hemos tenido un ingreso masivo y la habitación que solicito no se encuentra preparada, —suspiro.
—¿Cuál está disponible? —pregunto, ya que requiero una ducha, comer y descansar un poco.
—Una normal.
—Bien, —me entrega la llave.
Lo peor de todo es que esta habitación es pequeña y solo tiene una cama, la cual también es chiquita. Llevo mi mirada a Adriano sin comprender que clase de reserva fue que hizo.
—Esta es la que reserve para mí, —confiesa.