Capítulo II: La segunda traición y un nuevo despertar.

Yvaine.

Sentía como si mi cabeza fuera a estallar, todo me daba vueltas, y eso me ocurría mucho antes de abrir los ojos, así que cuando me decidí a abrirlos, fue como si toda la luz del sol me taladrara el cerebro, hasta dejarme ciega.

 

Me llevó unos minutos recuperarme, pero finalmente, me acostumbré a la luz. Mire a mi alrededor intentado no dar movimientos bruscos, porque sentía que la cabeza me iba a estallar, aunque notaba que mi cuerpo también estaba dolorido y entumecido.

 

Me encontraba en una habitación de hotel, estaba sola en la cama y desnuda, imágenes de besos, el dolor de la primera vez, para luego descubrir el paraíso, cuerpos saciándose y mis gritos de deseo mesclados con gruñidos de satisfacción masculina, explotaron en mi mente asaltando mis recuerdos.

 

Automáticamente me senté y destapé la sabana, allí como una prueba viviente del mi delito, estaba la prueba de lo que había perdido, lo único que me quedaba por entregar a mi novio Harry.

 

Pero se lo entregue a un desconocido que ni recordaba. La mancha de sangre destacaba sobre las blancas sabanas, eran la prueba fehaciente de que había entregado mi virginidad. Me dolían músculos interiores, que ni sabía que tenía, e incluso me costaba incorporarme y caminar.

 

Lo peor es que, aunque intente sentirme sucia, ultrajada y violada, no fue así, algo me decía que fue más una entrega, que una violación. Como pude busque mi ropa, tras varios intentos, pues me dolía el cuerpo. La encontré sobre el sillón, doblada, con un cartel que ponía.

 

"Vísteme", no entendía nada, miré buscando mi móvil y mi bolso, y los encontré sobre mi mesa noche, junto a un vaso de agua y dos aspirinas, que tenían dos notas ponían "Bébeme" y "Cómeme".

 

Casi me atraganté, pero tras beber el agua y dejé las aspirinas, por miedo a ser drogada de nuevo. Comencé a vestirme, de repente una nota sobre la televisión me llamó la atención, "Mírame". Con miedo, encendí con el mando el aparato, y de repente ante mí salió la imagen del hombre más guapo que había conocido en mi vida.

 

-" Hola preciosa Alicia, me imagino que te habrás levantado con dolor de cabeza y sintiéndote desorientada y fatal. Quería verte despertar, pero me surgió algo y no quise irme sin dejarte este video, ahora puedes ver mi cara, no estoy seguro de que me recuerdes. No se cómo será tu estado de ánimo pero hay algo que te voy a demostrar, sobre todo lo que me pediste" - automáticamente se vio una grabación donde salíamos los dos en la ducha, cuando él me decía que le dijera que quería, me vi suplicándole que me hiciera suya.

 

Y lo peor fueron las imágenes que vinieron a mi cabeza de esa noche, que confirmaron que, lo que decía la grabación era cierto, él intento en varias ocasiones parar todo, incluso cuando se dio cuenta que era virgen, pero yo fui la que nunca lo deje, la que lo desee, la que lo provoque y la que casi abusó de él.

 

La vergüenza se extendió por todo mi cuerpo. Continuo la grabación: " Me imagino qué ahora estarás muy avergonzada, y adolorida, muévete con cuidado, que eso es normal cuando pierdes tu virginidad, la primera vez. No te sientas mal, ha sido una maravillosa noche, pero hay algo que tendrás que recordar, anoche firmaste un acuerdo

conmigo, registré tu móvil y vi que tienes novio, déjalo.

 

Después de esta noche eres mía. Yvaine Stewart, quiero que sepas a quien perteneces. Eres la mujer del Presiente Norman Miller, si quieres saber más de mí, busca en las redes o pregúntame.

 

Por cierto, no usamos protección en toda la noche, así que es muy probable o cabe la posibilidad de que aparte de mi mujer, seas ya la futura madre de mi hijo, así que tendremos que ..."

 

No pude acabar la grabación apagué la televisión aterrada, la idea de que ese hombre se adueñara de mí, y de que mi tranquilo mundo, estaba claro que debía hablar con Harry, lo había traicionado, me sentía sucia y avergonzada de mí misma.

 

Aunque tenía claro que alguien me había drogado, y tenía que descubrir quién era él o la responsable. Pensé en mi prima y recordé que estaba en la habitación contigua, así que decidí hablar con ella y contarle todo, encendí por última vez el televisor y miré a mi primer amante.

 

-" ¡Hasta siempre señor Miller!, olvídese de que existo, y espero que no haya consecuencias, aunque eso usted nunca lo sabrá" - le dije a la imagen congelada de la televisión. Y salí en busca de mi prima, después de recoger mi teléfono y mi bolso.

 

Cuando llegué a su habitación vi el cartel de no molestar, pero la puerta estaba apoya, aunque abierta, me sentí aterrada, ¿y si mi prima también fue drogada y ahora otro hombre o el mismo Norman Miller se estaba aprovechando de ella, después de pasar toda la noche conmigo? No ese hombre no había abusado de mí, más bien yo lo había usado para apagar mi deseo, y él me había vuelto loca toda la noche.

 

-" Aunque también podía ser un semental y ahora estuviera devolviéndole el favor a mi prima también"- pensé. Decidí entrar para ayudarla, no quería que ella se sintiera como me sentía yo ahora. Pese al dolor de mi cuerpo, entre con sigiló en el pasillo de la habitación y agarré un jarrón que había sobre el aparador de entrada.

 

Oía los gemidos de un hombre y una mujer que se entre mesclaban, y me recordé a los gemidos que el señor Miller y yo generamos durante toda la noche, sacudí la cabeza para borrar esa imagen de mi mente.

 

Y con sigilo me adentre en la habitación, esperando ver al superdotado señor Miller haciéndole disfrutar a mi prima como me lo había hecho a mí, aunque si soy sincera esa idea me perturbaba, tenía la estúpida sensación que mi experiencia con él había sido algo raro y único.

 

-" ¡Estoy trastornada!"- pensé, y continue hasta llegar cerca de la cama.

 

Cuando miré a la cama, sentí que mi mundo se derrumbaba, sobre ella se encontraba mi novio Harry Walter, acostado boca arriba mientras mi prima lo cabalgaba con eficacia, la sorpresa hizo que se me cayera el jarrón rompiéndose en mil pedazos.

 

El ruido hizo que los jinetes me miraran, donde su cara se describía de la cara de sorpresa de Harry a una burlona de Maryori, en ese segundo supe que fue mi prima quien me drogó la noche anterior.

 

-" ¡Que sorpresa!, pensé prima que todavía estarías ocupada! con el señor Gartner, lástima que no te hubieras entregado antes a Harry, ahora ese viejo de 50 años se te ha follado llevándose tu virginidad, en el fondo eres una cualquiera como tu madre"- al oír a Maryori hablarme así, sentí que ese veneno era algo que llevaba guardando hace tiempo, como a mi tía. La cual siempre me había despreciado porque odiaba a mi madre, su propia hermana, sin que nunca supiera la razón.

 

Harry me miro y cubriéndose sin apenas avergonzarse, de lo que le pille haciendo hace unos segundos con mi prima. Me miro con asco y me grito.

 

-" ¿Qué es lo que está diciendo Maryori?, acaso te has acostado con un viejo, y a mí ni me has dejado tocarte, ¿Qué clase de zorra eres, Yviane, ósea que te van los maduros, si lo llego saberte presento a mi padre? Así hubieras estado con los dos, con el padre y el hijo. No sabía que fueras ese tipo de mujer"-

 

Sentí que todo a mi alrededor era una mentira, la única verdad era que el hombre que me tomo mi inocencia era de todo menos un viejo despreciable. Al contrario, era un hombre joven fuerte y viril, y en el fondo, aunque yo no quería reconocerlo, un muy buen amante, dentro de mi inexistente experiencia.

 

Por lo demás, mi novio, es decir, mi exnovio era un cerdo traidor y mi prima me había vendido, drogado y traicionado, lo único que lo de venderme le había salido mal, por que, por alguna razón, había acabado en los brazos de otro hombre.

 

Comencé a reírme a carcajadas. -" ¿Piensas que me acosté con un viejo? Estas muy equivocada primita, pasé toda la noche en los brazos de un hombre joven y sexualmente activo, que me enseñó a descubrir todo lo que puede disfrutar una mujer, y desde luego no necesito a un niño mimado, malcriado e inútil como Harry para descubrir eso, quédate con mis sobras prima, ese espécimen usado, yo ya no lo quiero"- le dije a Maryori señalando con asco a mi exnovio.

 

Y comencé a salir, Harry me grito que me detuviera, pero yo no le hacía ni caso.

 

-" Si te vas, ¡esta despedida! "- me gritó el traidor de Harry.

 

-" ¡Renuncio!, prefiero perder mi trabajo que volverte a ver"- sin más salí de la habitación dando un portazo, continue caminado, pese a mi incomodidad, porque aún me sentía adolorida.

 

Cuando llegué a mi casa me esperaba otra sorpresa el coche de mi tía está esperándome. Ella salió del coche y sin más me abofeteo.

 

-" Me acabo de enterar por tu prima que te has estado acostado con hombres en los hoteles, de tal palo tal astilla, ¡eres igual de zorra que tu madre!"- me gritó mientras yo me tapaba la mejilla, siempre mi tía me había tratado así, insultado haciendo referencia a mi madre.

 

Pero esta vez, me arte de guardarle respeto, la miré fijamente, y le dije: - "Deja de preocuparte de cómo estoy, o con quien me acuesto, preocupante de tu hija, acostándose con los novios de otras, debería darte vergüenza, las has mimado tanto, y las imprimido tanto odio, que la has convertido en una mujerzuela"-

 

Mi tía intentó volverme a golpear, pero esta vez la estaba esperando así que le sujete la mano y la empuje. -" No me vuelvas a poner la mano encima y a partir de hoy dejamos de ser familia."- le dije, y sin más seguí caminado hacia mi casa, mientras ella grita que no sabía lo que me esperaba, que me iba arruinar la vida.

 

Me pasé la tarde reorganizando todo, envié mi carta de renuncia a recursos humanos de la empresa Walter Designe, mire mis ahorros para saber hasta cuándo podría subsistir sin trabajar, y envié varios currículos a empresas de diseño.

 

Por la tarde, me picó la curiosidad, busque información sobre Norman Miller, y casi me desmayo, me había acostado por primera vez, con el presidente y dueño del cuarto conglomerado empresarial más importante de Estados Unidos.

 

Y no sólo eso, era soltero, y muy celoso de su vida privada, pagaba millones para que no se publicara nada sobre él, fuera de los negocios. Se le conocía por ser intimidante, despiadado, y siempre cumplía sus tratos, si tenías un negocio con él y tenías que cumplir ese trato o atenerte a las consecuencias.

Un escalofrió me recorrió, no sería bueno echarme ese enemigo, aunque seguro que el señor Miller ya se había olvidado de ella.

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