— ¿Se supone que tengo que pasar todo el día sentada, sin un poco de acción? —inquirió Charlotte en el suelo, haciendo un puchero, y Damián abrió los ojos como platos—. No me mires de ese modo, con razón Michael piensa que ya no lo quiero.
— Creo que he sacado la bestia dentro de ti —dijo el alfa, encendiendo la laptop—. Michael te seguirá amando sin importar lo que suceda, es un niño inteligente y tú eres su madre.
— Pero esta bestia te encanta —río Damián—. Es que mi hijo es la cosita más inteligente de todas.
— Sí, Charlotte, lo que tú digas —acarició su cabeza.
— Señor. Es