Charlotte se quedó mirando un momento las hojas que tenía en frente, luego a la profesora sin entender del todo que se suponía que debía estar haciendo. Sin embargo, ya estaba lista para irse a su dormitorio, cambiarse de ropa e ir a buscar al pequeño ser que ahora le decía mamá.
No iba a mentir al decir que estaba emocionada, tendría que trabajar dé a gratis por culpa de lo que le pasó a su padre antes.
El señor Walter era un hombre hermoso, y aunque no había tantas fotos de él con su hijo en los medios, entendía sus razones.
— Estás perdida en tu mundo —dijo su amiga chasqueando los dedos—. ¿Qué es lo que pasa contigo?
— N