Narrador.

-” Otra vez aquí, te estas aficionado, abogada Allard. Me llamas a cada momento, bien esta vez no te libras, desde ya me dices el motivo de tu visita urgente, o estoy muy ocupada hoy, para atenderte.”- dijo Bea nada más ver entrar a Daisy en su gabinete.

La abogada la miró con reto, pero su cara cambió a una de sorpresa cuando descubrió que Bea no estaba sola con su personal, sentada junto a Bea, estaba una sonriente Connelly, con evidentes signos de embarazo.

Un poco más allá, sentado en uno de los sillones de la sala de espera, con una actitud de claro disgusto, estaba el inteligente esposo de Connelly, mirando seriamente a su esposa.

-” Dime que eso que se abulta en tu vientre, no es lo que estoy pensando.”- preguntó la sorprendida abogada.

-” Lo es, aunque sólo tengo tres meses y medio, pero al parecer, el pequeño o pequeña Cooper, es un poco grande, por lo visto mi marido, aparte de ser una mente privilegiada, un marido genial, y un gran amante... es un excelente f