Los dos entramos a la habitación del hotel y Berrocal fue directo a servirse una copa de Whiskey. Yo me quedé mirando un par de minutos mientras se acababa su segundo vaso.
—Creo que estás siendo injusto—le acusé mientras me desarmaba. —Mataste a nuestra farmacóloga por capricho. —No fue un capricho Andrés. —Explícame como funciona asesinar a las personas que saben cómo funciona el producto. —No tengo problema en morirme ahora mismo o mañana a manos de un asesino, pero no planeo ir a la cárcel por nada del mundo. Le dejé solo y fui en busca de mi teléfono para ver cómo estaban los planes de nuestro próximo viaje, cuando leí un mensaje de Regina. Todo extra bien con el negocio y tenemos noticias que no me puedo aguantar. Vi la prueba de laboratorio positiva y el docume