La impostora del CEO
La impostora del CEO
Por: QueenOfHearts
Prólogo

Mucho antes de la verdadera historia…

Fue en ese pequeño instante que Rafael tuvo que salir de esa casa, sin embargo, para también irse de la vida de Ruth era tan complicado para ellos dos que le podía costar su hijo que iba a nacer.

Por ser de diferentes clases sociales, ellos pensaron que su amor tan fugaz en un momento así simplemente no les costaría porque al fin y cabo que más se podía hacer en medio de su pasión.

En ese momento que salió de la puerta de la casa, él se dio cuenta de que no podía hacer más nada, todo por la culpa de Olivia, que quería que tener todo lo que su hermana Ruth había tenido en esta vida, pero nada era suficiente para ninguno aquí ni la misma destrucción propia que al final nos consumen en un vacío existencial.

Luego lo que hizo Rafael fue irse a un bar para terminar de desahogar todo su dolor por qué más que no tener dinero había perdido todo en esta guerra, pero también fue en ese momento que quería venganza para destruir a Olivia porque nadie podía amar a un monstruo como ella, a excepción de sus amantes que siempre se fijaban en sus todos sus millones a pesar de que sus padres eran los dueños de la unas de las empresas de naviera aquí en el estado de Miami.

Después de ahogar sus penas en un simple vaso de vidrio de licor, se quería ir a su casa, pero, sin embargo, ahora se tenía que concentrar en su plan de venganza por qué juro que cada uno iba a pagar por todos sus pecados.

El primer paso en su plan era que tenía que mover todas las influencias que pudiera tener poder económico lo más pronto posible, pero eso no lo iba a lograr aquí, así que todo el dolor de su alma se tenía que ir del país para visitar a su tío en México.

Entonces cuando llego a su habitación lo primero que hizo fue buscar todos sus ahorros, ese fue el dinero con el cual iba a empezar, algo que no nunca llego porque ese sueño fue destruido hace mucho tiempo.

—Cuando regrese van a saber en la persona que he convertido de ahora en adelante, sabrán mi verdadera identidad, porque esta vez Olivia, quien te va a humillar, voy a hacer otra persona—luego de esas palabras, termino de hacer su maleta porque estaba más decidido que nunca.

Sin embargo, aun muchos planes por hacer teniendo el tiempo a su favor.

Lo único que tenía de Ruth era un suave pañuelo blanco que ella le entrego en su primera cita porque todo había sido amor a primera vista, algo que Rafael había guardado desde hace algún tiempo, siendo la única compañía que necesita en este momento para ser el impulso cuando se quiera rendir en los momentos más difíciles.

Luego de unos días tenía su pasaje para irme a otro país, sin embargo, nunca más iba a olvidar la venganza que tenía pendiente en su vida por culpa de Olivia, una persona tan fría como el témpano de hielo que nadie jamás va a creer que va a hacer capaz de hacerle daño a alguien por ser una experta en el arte de la seducción y manipulación, dos armas que cualquier mujer de su tipo podría lograr sin olvidar que tiene el apodo de amante mortal por todos los hombres que han muerto en sus manos empezando por el padre de sus hijos, algo que no podía coincidir en sus manos manchadas de sangre.

Por otro lado, el corazón de Ruth estaba roto en mil pedazos por todo lo que había pasado con el amor de su vida, quien siempre iba a hacer Rafael, pero también su perdición más completa al estar embarazada en este momento, por qué de todas maneras nadie se iba a enterar de eso excepto su hermana Olivia.

—¡Aún no puedo creer todo lo tonta que eres! ¿Tú piensas que luego de estar en tu cama va a venir por ti?—le seguía reclamando su hermana mayor porque ella siempre tenía razón en todo.

Desde pequeña, Olivia ha estado de su lado sin pedir nada a cambio para defenderla de todos, porque Ruth siempre ha tenido un corazón dulce hasta para las criaturas más miserables del mundo. A diferencia de Olivia, por qué el odio ha crecido con el paso de los años en su pequeño corazón.

—Debería hacerlo hermana, por nuestro hijo—esa fue la frase de Ruth para que Olivia se volteara a su lado por qué en ese momento estaba parada en la terraza del cuarto de su hermana.

—¿Por qué estás tan segura de eso?—le pregunto de manera directa Olivia mientras Ruth tocaba su vientre de forma suave.

Sin embargo, Olivia debía tener un as bajo la manga, por qué de ninguna manera su hermana tenía que ser feliz.

En ese momento miles de ideas le cruzaron en la mente para evitar que ese pequeño feto tenía que nacer, aun si lo hacía ella iba a arrebatar ese fruto prohibido de ella.

Por lo tanto, ese es su plan porque si Olivia no era feliz, el resto del mundo tenía que sufrir el mismo destino.

—Ese es un sentimiento profundo que siento aquí en mi cuerpo—fue la pequeña respuesta de su hermana para que Olivia saliera de su habitación.

Si podría delatarla con sus padres o aún mejor con el prometido que su papá había escogido hace mucho tiempo, pero nada de eso importaba porque había destruido una pequeña parte de la felicidad a alejar a Rafael por medio de mentiras.

“Ruth está con otro hombre de su nivel”

“Ninguna nuestra familia te va a aceptar porque siempre vas a vivir en tu pobre barrio”

“Jamás vas a complacer los caprichos de Ruth”

Cualquier palabra hacía la diferencia en este momento, por eso para Olivia las mentiras eran parte de su identidad, sin olvidar que su hermana no tenía ni la absoluta idea de nada.

Ahora quien iba a jugar todo este juega iba a hacer Olivia, por qué no podía haber tres personas en esta relación, al menos que una estuviera muerta, claro ese iba a hacer el bebé por tener la culpa de quitarle el amor completo de Rafael, el único hombre que envidiaba en esta vida.

Luego nos dimos cuenta de que Olivia ocultada una foto del amante de su hermana en su diario secreto donde escribía todas las noches para desahogar todos sus sentimientos, siendo una persona totalmente fría para el resto del mundo.

—Así tenga que morir, jamás voy a permitir que Rafael y Ruth sean felices—repetía esa frase en su mente a escondidas de los demás, porque eso debía estar en su mente porque su corazón era un órgano más para su cuerpo.

Después se fue a la cocina de su gran mansión para ir a pedirle un postre frío a la sirviente para depositar uno de sus pequeños venenos para más tarde darle ese plato a su hermana, aunque no había preocupación si ella también moría en el proceso porque la verdad así también se quedaba con toda la fortuna junto con las empresas navieras de su familia. 

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