Isabella
Sus labios empezaron a recorrer mi cuerpo, y me pierdo en esas sensaciones que me hacen estremecer... sus labios succionan apasionadamente mis pechos con fervor haciendo que lanzará un gemido involuntario. Y me siento tan feliz de que esto esté sucediendo, poco a poco empezó a bajar y siento sus manos en mi intimidad generando suaves masajes y estoy a punto de enloquecer. Luego comienza a besar mis entrepiernas y lanzó gemidos involuntarios y todo mi cuerpo empieza a moverse por sus caricias.
Él se posa sobre mí, luego se acerca a mi oído.
-¿Estás segura de esto esposa mía? me preguntó de ese modo y no pude decir que no, aunque tengo miedo que me duela.
Tense todo mis músculos, luego él me beso y me dijo que me tranquilizara que tendrá mucho cuidado.
-¡Ufff!... ¡auuch! Me queje cuando lo sentí dentro de mí, al principio fue doloroso pero luego empezó a moverse suavemente y en ningún momento déjo de besarme. Luego su movimiento empezaron a aumentar su velocidad y no quiero que