Salí de la tienda de Christopher, tratando de recuperar el aliento, luego siento una mano sosteniendo mi brazo.
-Espera princesa, escuché decir, era él.
-No quiero que te vayas aún, por favor... quédate un poquito más, tomemos algo.
-Ya he desayunado con mi hermano, y tengo afán... además no tengo nada que hablar contigo, en este momento, las palabras sobran.
Me toma con fuerza y me atrae hacia él.
-Sé que me quieres, Isabella... yo me he equivocado contigo, pero puedo repararlo. Sé que siente lo mismo que yo, escucha a tu corazón, por favor, quédate. Me dijo, siento un nudo en mi garganta, y mis lágrimas quieren salir. ¡Maldita seas, Christopher!
-Yo sí te quise, pero tú te encargaste de arrancarme el corazón, ahora ya no siento nada por ti. No hay nada que pueda reparar ese daño. ¡Con permiso!, dije y me marché.
-Haré lo que sea para detener esto con tal de me perdones, me dijo y en ese momento me detuve. Sería grandioso que eso pasará, pero no creo que esté en sus manos.
-Si lo ha