-¿Cómo ha estado señora? —Pregunta Mary Pilco.
-Bien gracias a Dios. ¿Y tu?
-No muy bien. Ya sabe, problemas con mi pareja. —Dice entristecida.
-¿Problemas como? —Pregunta confundida.
-Pues; ella cree que estoy con usted.
-Espera, ¿que? —Dice sorprendida.
-Si. Si usted no sabía soy lesbiana y pues como mayormente estoy aquí ella cree que usted y yo tenemos algo.
-Pero hágale saber que no soy de esa comunidad, que estoy casada. —Dice levantando las manos.
-Si. Ya se lo hice saber. Pero usted sabe que los celos son incontrolables.
-Bueno, espero que solucionen sus problemas. Lo que menos quiero es ser la causante de una ruptura amorosa.
[...]
-Estuve con la señora Roccio y en un momento que me dejó solax busqué entre las cosas del señor presidente y encontré; esto. —Dice sacando las notas de