—¿Crees que hoy me puedas dejar en paz? —pregunta Cristina a su guardaespaldas.
—Yo a usted no la molesto —dice sin mover la mirada de su teléfono.
—Imbécil.
—Gracias —dice mirándola con picardía.
[...]
—Hoy es el día. El día en que el imbécil de John Williams me la pague por haberme rechazado —dice Milangelis mientras toma de su copa.
—Entendido mi señorita. Pero; ¿Que le haremos a señor Williams?.
—Escucharme bien Bernardo. Préstame mucha atención. Irás a Crystal
Lodge Hotel, y allí pondrás unos explosivos. Enciendo modelos, visitantes y hasta reporteros... Los matas a todos. Y descuide Bernardo, su millón y medio está en su cuenta.—Está bien mi señorita, estoy a sus órdenes —dice levantándose de su asiento.
Llam