Capítulo 20 —El deseo no entiende de protocolos
Narrador:
Al día siguiente, Desirée esperaba en la acera, justo frente a la entrada lateral del Hotel Delacroix. El sol se se había ocultado y la ciudad estaba teñida con esos colores cálidos que solo hacían más insoportable la contradicción que le ardía bajo la piel.
No iba a entrar, no pensaba escucharlo otra vez proyectando su voz desde el escenario, ni verlo rodeado de admiradores, ni soportar cómo la devoraban los ojos ajenos cada vez que alguien la reconocía. Solo iba a esperar. Y cuando lo vio salir, se escabulló entre el vaivén de médicos y asistentes, y no dudó, dio dos pasos al frente, lo detuvo con la mirada. Cédric frenó en seco.
Había sonrisas a su alrededor, murmullos, saludos. Pero para él, en ese instante, solo existía ella. Desirée. De pie con los brazos cruzados, la chaqueta ajustada al cuerpo y el rostro tallado en mármol.
—Desirée... —dejó escapar en casi un murmullo —Que agradeble sorpresa verte hy también
No había d