Capitulo 33

No tengo idea de cuántas horas han pasado antes de que Fingal levante la mano en el puño y haga que todos se detengan de inmediato. Mi cuerpo es eléctrico y, debido a la adrenalina, no me siento cansada. Puedo ver en los rostros que me rodean que no soy la única.

El general hace un gesto circulatorio con la mano en el aire, indicando que cada tropa debe ocupar el lugar que le corresponde en la estrategia. Me quedo quieto, ya que entraré al campamento con el primer grupo.

Alaric es reacio a soltar mi mano y me mira fijamente mientras nuestros soldados toman sus posiciones. Lo acerco para darle un abrazo y siento cada fibra de mi ser suplicando que no me aleje de él. Empujo sus hombros ligeramente hacia atrás y siento que sus brazos se resisten a soltarme. Sus ojos están levemente abiertos, mostrando el miedo que todos tratamos de ocultar, pero lo veo cuando traga saliva y parpadea con fuerza, tratando de asumir la postura de un Rey a través de una ba

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