Emily ingresó a la oficina de Noah, necesitaba acercarse, mostrarse segura y confiable ante él, aun la respiración se encontraba agitada luego de aquel cruce de palabras con William, definitivamente se había convertido en su tormento, un castigo que no tenía límites.
Noah se encontraba hecho un demonio enfurecido, cada carpeta que se encontraba en la oficina de presidencia la quería revisar, encontrar el destino del dinero que se perdía se había convertido en su mayor reto, lo peor era que no podía dar parte a las autoridades.
El más mínimo escándalo causaría que la prensa atacara nuevamente contra él, se encontraba entre la espada y la pared, el personal de la empresa no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba sucediendo, Noah soltó con fuerza el nudo de la corbata y la lanzó al contra el piso.
Se sentía sofocado, la frustración lo estaba consumiendo, Emily carraspeó la garganta tratando de llamar la atención de aquel enfurecido hombre, Noah se dio vuelta, acomodó su cabello y