Mientras que Emily conducía con temor observaba el retrovisor, un rostro cubierto de barba era aquella imagen que hacía que perdiera el control, sus ojos se humedecieron.
—Que gusto volverte a ver, espero que no te hayas olvidado de mí —Emily intentó responder, pero un enorme nudo en su garganta se lo impidió.
»Mientras que soy perseguido por las autoridades, tú vives cómodamente con el hombre que se suponía que ibas a acabar, al que ibas con su vida, me has jugado sucio Emily, me traicionaste, quisiera acabar con tu vida, pero aún tienes asuntos pendientes.
»El tiempo en que fui amable contigo ha terminado, así que espero que de ahora en adelante te tomes en serio mis órdenes, no logras imaginar lo mal que la estoy pasando por tu culpa —unas cuantas lágrimas rodaron por las mejillas de Emily.
—Lo siento William, por favor no me hagas daño —suplicó Emily con la voz entrecortada, William retiró el cuchillo de su cuello.
—No te preocupes, tú serás la última, primero acabaré con tu mad