★ Ethan

Eran las seis de la mañana, pero yo ya estaba despierto desde mucho antes. Dormir se había vuelto imposible. Cada vez que cerraba los ojos, lo único que veía era a Victoria llorando. Y no podía con eso. No con esa imagen. No con la culpa de saber que, si todo salía mal, la iba a dejar sola.

Y ahí estaba el maldito procedimiento. Un tratamiento en el extranjero, sin garantías, sin certezas. Pero era algo. Una posibilidad, por mínima que fuera.

—¿Debería decírselo? —murmuré, con la taza aún caliente en las manos.

La verdad es que no lo sabía. Victoria merecía saberlo, sí. Pero también había cargado con suficiente ya. Y contarle solo la iba a angustiar más. No quería que viviera con miedo cada segundo que pasábamos juntos. Tal vez era egoísta, pero quería protegerla. O al menos intentarlo.

Me serví café tratando de despejar la cabeza, pero ni eso ayudaba. Nada lo hacía últimamente.

★ Victoria

La noche anterior fue un golpe duro. Ethan me lo soltó como si no quedara otra opción, y