Edmund miró entonces a Sherry.
Sherry se levantó y le dijo a Sylvia: "Syl, tengo trabajo pendiente. Me iré primero".
Sylvia hizo lo mismo. "Sherry, yo también terminé de comer. Me voy contigo".
Quería contarle a Sherry lo del registro de su matrimonio con Odell, pero Sherry la volvió a sentar.
Sylvia frunció el ceño confundida. "¿Qué pasa?".
"Uf, olvídalo. Te lo contaré". Sherry miró a Edmund y luego le dijo a Sylvia: "Syl, el Señor Price tiene algo que decirte a solas. No me quedaré aquí".
Sylvia miró entonces hacia Edmund con incertidumbre.
Edmund sonrió, pero su sonrisa no era natural. Parecía un poco tonto.
Sherry salió pronto.
Sylvia le preguntó directamente: "Edmund, ¿qué quieres decirme?".
Edmund no tenía prisa por contestar. Abrió una caja de cerveza y sacó una botella, de la que bebió tras desenroscar el tapón.
No paró hasta que se bebió la mitad de la botella. Entonces se quedó mirando a Sylvia.
La mirada bajo sus ojos no era su habitual mirada descuidada. Era ser