John tenía una sonrisa en su rostro, mientras que las otras mujeres estaban visiblemente sorprendidas por la aparición inesperada de Sherry. Una mezcla de asombro e incredulidad estaba grabada en sus rasgos.
Desconcertada, Sherry también se sorprendió, lo que provocó que el trozo de pepino que tenía en la mano se le resbalara de las manos.
Recuperándose rápidamente, John levantó la mano en un saludo indiferente.
—Hola de nuevo.
Las señoras la miraron con ojos fríos.
Sherry habló, su voz teñida de desgana.
—No quería volver aquí. John fue quien me obligó.
Su atención se volvió hacia John, buscando una explicación.
La expresión de Madame Stockton se agrió cuando preguntó con un toque de tristeza:
—John, ¿por qué la trajiste de vuelta?
Traer a Sherry, su esposa legal, a su casa junto a Shannon, su esposa legal, sin duda levantaría las cejas y provocaría chismes.
La respuesta de Shannon fue inmediata cuando agarró el brazo de Sherry, con los ojos llorosos. —John, ¿p