Sus palabras son molestas, porque mi cuerpo reacciona a ella, mientras mi mente me dice que tome las cosas con calma o podría terminar en silla de ruedas. Algo que me parece ilógico, pero, con lo rudo que ha sido tocándome y mordiéndome, no lo pongo por duda.
— Ryan, ¿Qué me estás haciendo? No me gustas, entonces, ¿Por qué estoy ansiosa por recibirte? — pregunto angustiada.— Te gusta cómo te toco, cuando lo hago, no soy un hombre mayor que tú y tampoco puedes pensar que esta unión fue una imposición de tu padre. Por eso, permites que te toque.>> Entiendo que no quieras estar conmigo, porque fuiste coaccionada a eso, pero, quiero que comprendas que aunque lo tuyo fue por obligación, lo mío fue por amor. Aunque seas una niña mentalmente, eres la mujer que amo.— Ryan…— Tú me conociste en la fiesta