Cuando Rodrigo regresó a la oficina vio la llamada de Ernesto, entonces le marcó.
—Dime Ernesto.
—Señor, lo llamé porque su padre llevó a su hijo a la casa del conde y lo dejó allá por un casi una hora, pero ya lo regresó a su casa.
—¿Viste con quien dejó al niño?
—No señor.
—Gracias Ernesto, me avisas cuando lo vuelva a llevar.
Al otro día en la mañana Scarlet se despertó sintiéndose enferma, Rocío había ido a terminar de limpiar.
—¿Qué y tiene señorita?
—Me siento débil, me duele el vientre y la cabeza.
—¿Será que le va a venir la menstruación?
—Ya tengo días menstruando y no se me quiere pasar.
—Entonces debe ser eso, hoy le voy a preparar un almuerzo bien nutritivo