Por la tarde el portero llamó a la casa anunciando que afuera estaba el señor Israelí Salvatierra.
—Sí que pase. —Dijo Regina. Después con entusiasmo le informó a Rodrigo:
—¿No te imaginas quién está por entrar?
—Ni idea, ¿de quién se trata?
—Tu primo Israel. —Los ojos de Rodrigo se pusieron como un par de platos.
—¿Y a qué viene? —Preguntó con cierto tono de molestia pensando en Scarlet.
—Me imagino que debe saber que tu estas aquí y viene a saludarte.
—Si a lo mejor. —Él pensó en sus adentros:
"Conozco muy bien a mi primo, seguro viene a verla a ella, porque para verme a mi puede hacerlo en México".
El timbre sonó, Regina iba a abrir pero Rodrigo no la dejó:
—Deja, yo voy. —Cuando abri&oac