A Liam le temblaban los labios de la rabia.
—No los tienes, no eres nadie.
Él se fue a la habitación y regresó con el celular, y abrió el buzón de mensajes y le dijo alzando la voz.
—Quiero que me expliques esta m****a. Mira lo que dice tu amiguita la zorra:
“Debes perder tu virginidad con otro y después cuando le llegues a él, no tendrá excusas porque ya no serás la mujer pura y casta que él no desea deshonrar.”
—Y mira el siguiente:
“¿Ya estas lista para ir a putear?”
—Hay pero mire lo que dijo la niña de papá.
“Si, me arregle como una prostituta callejera.”
“Ya me recomendaron un sitio llamado las palmas, y que unos papis como para hacer películas porno con ellos.
Mariem lo mataba con la mirada y dijo:
—¿Por qué revisaste mi celular? No tienes derecho.
—Y tú no tienes derecho a salir en busca de tipos.
—Si lo tengo.