-Si tu te sientes cómoda con esa gorra, lo respeto, pero yo te amo como sea, así como estas me encantas – Rebeca sonrió – te hubieras puesto un gorro, es más cálido – y de la nada Úrsula apareció un gorro en tono marrón y se lo puso – No quiero que te vayas a enfermar de gripe.
-¿De dónde lo sacaste? – preguntó asombrada.-Soy mago, una bruja, deberías tener cuidado de mí, podría desaparecerte – y le comenzó a hacer cosquillas, Rebeca no se dejó y también se defendió y las devolvió.A pesar del juego la muerte percibió que la llovizna comenzaría a caer pronto, el cielo comenzaba a tornarse más oscuro. -Vámonos de aquí – dijo Úrsula poniéndose de pie y luego tomando las manos de Rebeca para ayudarla a levantarse – te invito a algo caliente.Rebeca no se opuso y caminaron tomadas de la mano hacia el lugar que les quedaba más cerca y a penas entrar al lugar la llovizna comenzó a caer.- Supongo que mañana tampoco irás con tu familia – Úrsula le sonrió y tomo sus