Sus palabras deberían alertarme, porque por mi decisión abrupta no pensé en las consecuencias de ello, pero, estoy tan perdida en las sensaciones que experimento que ni siquiera soy capaz de pensar en algo cuerdo ahora.
Pero, no puedo culparme por eso, porque el cuerpo atractivo de Arnold esta frente a mí mientras su fuerte y grande mano se aferra a la punta de su polla de la que todavía parece salir ese semen que estuvo a nada de entrar en mi cuerpo.‘¿Acaso quieres un hijo de Arnold? ¿Cómo pudiste ofrecerte así cuando las consecuencias pudieron ser enormes?’ me pregunto mentalmente.— Habla, Eva, porque no quiero que me culpes por un embarazo cuando te estoy avisando que esta maniobra que he hecho, no va a repetirse. No tengo suficiente control para usarlo una segunda vez.— Buscaré el método anticonceptivo y después de eso retomaremos esto. — digo