—¡Mamá!
Al ver a la Omega sus cachorros no dudaron en saltar a su abrazo aferrándose a ella.
Dana aspiró el aroma de sus cachorros sintiéndose una vez más sensible.
No había hablado con Alessandro porque lo primero que había hecho después de que Kian la llevara a casa había sido buscar a sus cachorros pero después de lo que los dos habían hecho estaba segura de que a la ley le quedaba muy poco tiempo. Además de que si los ancianos querían revelarse los cuatro reinos iniciarían la guerra. Ella misma había hablado con Román y Alessandro.
—Los extrañé tanto —susurró Dana con los ojos llenos de lágrimas.
Al separarse miró la cara de sus hijos.
—No los voy a perder de vista otra vez.
Ellos se rieron y de pronto Dana sintiendo el brazo fuerte de Kian rodeándola desde atrás ciñendo su pecho a su espalda.
—Ustedes... —azuzó astutamente Devanie mirando entre Kian y Dana.
La última asintió con la cabeza.
—Tu padre y yo estamos juntos. Para siempre.
Devanie y Kieran sonrieron de inmediato.
La c