—¿Estás seguro de que esto no va a ser un error? —preguntó Lacey mientras salían del pequeño comedor y subían las escaleras hacia la suite que Arkin les había mostrado antes. Pasaron un tiempo maravilloso con su verdadero padre y La Manada de la Sombra, pero todas las cosas buenas deben llegar a su fin.
—¿Qué? —Julien preguntó cuando llegaron a la cima, mirándola con preocupación—. ¿Te refieres a la colaboración entre nuestras manadas?
Lacey negó con la cabeza. —No, me refiero a La Manada de la Sombra viniendo al castillo.
Una arruga se formó entre sus ojos.
—¿Tiene esto algo que ver con Wyatt?
Se mordió el labio inferior y luego lo soltó, queriendo decirlo correctamente. —Julien, sé lo celoso que puedes ser. O al menos lo celoso que fuiste cuando nos conocimos. —Lacey dejó escapar un profundo suspiro—. No quiero que te pongas celoso solo porque mi exnovio está aquí.
Julien entrecerró los ojos. —La única forma en que estaré celoso es si alguno de ustedes me da una razón pa