—¿Estás bien? —le pregunto a Nathan.
Después de recibir una llamada suya en la que sonaba un poco alterado, no dude en verlo.
—No —responde abrazándome—, no lo estoy
Le devuelvo el abrazo y él se aferra a mí con fuerza.
—¿Qué pasa? —se separa de mí.
—Mamá quiere que haga las paces con el señor que dice ser mi padre
Suspiro y le señalo una banca vacía a las afueras del campus. Ambos nos sentamos uno junto al otro pero ninguno dice nada.
—No quieres hacer las paces con él —afirm