Al llegar a casa, después de mucho tiempo en silencio, sentí paz, al menos podrían encerrarme en mi cuarto y pensar a fondo en esto, estar a su lado me daba nervios, y no sabía cómo actuar, pero nada podría ser perfecto al escuchar aquello voz qué me hizo tensar.
-Alex que bueno llegaste- Corrió a sus brazos y lo rodeo muy efusivamente- te extrañe.
-¡Sally!¿ cuándo llegaste?- saludó él mientras le daba una sonrisa al alejarse de ella- pensé que te quedarías con tus padres en casa.
-Pues eso pensé también, pero me sentía muy sola, mis padre se fueron a visitar a unos familiares y yo pues no me gusta ir tan lejos, preferí venir aquí contigo y Mirna- pero ese "Contigo" sonó bastante comprometedor, solo la observé y decidí seguir mi camino-.
-Que bueno entonces, ya te instalaste- tomó mi mano evitando mi partida, mientras seguía hablando con ella-.
-Sí Mirna me dió una habitación, estaba esperando para ver de qué quieres que me ocupe-.
-Por ahora ayuda a Mirna en lo que pida, ya después p