Ariane
Acabo de recibir una bofetada, no recuerdo si alguna vez me han abofeteado.
No digo nada, entiendo su desconcierto. Está embarazada y acaba de enterarse de que su esposo es un secuestrador. Marianne interviene:
- Apryl, cálmate, escúchanos hasta el final.
- ¿Qué quieren que escuche? Acusan a mi esposo de cosas horribles.
- Escúchame.
- ¿Dónde está mi esposo? ¿Dónde está Alberto?
- Se llama John. Y ha confirmado lo que hemos aprendido.
- No te creo. Estoy segura de que lo han obligado a que les diga lo que quieren oír. ¿Dónde está?
- Apryl, Apryl... ¡escúchanos!
- No, no quiero oír nada. Ustedes mienten, son todas unas mentirosas. ¿Por qué hacen esto? Saben que estoy muy frágil en este momento. ¿Por qué? Se supone que son mis amigas.
- Pero, somos tus amigas.
- No, no lo son, si no, no habrían mentido como lo hacen.
Quiero ver a mi esposo, quiero oír de su boca lo que me dicen.
- Muy bien, vamos. Vamos a verlo.
Salimos a buscarlo, abro las puertas y ella entra, enciendo las luce