Sebastián.
Bajo temprano quiero ayudar a las señoras, me siento culpable por todo lo que pensé, no me sige agradando Julio pero no debo de dudar de mi amor, de mi Anastasia, están poniendo el café y haciendo de desayuno.
-Buenos días señoras les puédo ayudar.
-No joven usted siéntese ahorita va a estar listo el desayuno.
-Segura señora Guadalupe.
-Sí y dime suegra.
-Está bien suegra.
Me siento ha esperar, no me siento muy bien estar sin hacer nada, miro cómo sale el señor Armando traía un overol y un sombrero, creo que va a salir.
-Se ha despertado temprano qué bueno nos va ayudar un poco verdad.
-Claro que sí señor.
-Dónde está su hijo.
-Ya vienen se está terminando de bañar.
Estando todos sentados en la mesa solo faltaban Anastasia y escucho su grito.
-Julio pinche pendejo.
-Buenos días solecito ya amaneció, tu mamá me mandó a despertarte.
-Ya largate estúpido.
Julio sale muy feliz de s