Dmitry Sokolov.
¡Joder! Soy un estúpido de mierda que no fue capaz de proferir palabra alguna al tener a ese hermoso ángel frente a mí. Aunque no pude ver su rostro completamente, de algo estoy seguro y es que, es hermosa tal y como es.
Camino rápidamente a mi oficina y al llegar me sirvo un trago. Lo necesito para bajar la adrenalina que recorre mi cuerpo en estos momentos. Me asomo por el ventanal de mi oficina y contemplo a todos los hombres entretenidos con diferentes mujeres; aunque en mi cabeza solo aparece la imagen de The angel una y mil veces. ¡Carajo!
Llamo a Vigo por teléfono y este me contesta al tercer tono.
—Dmitry, ¿qué necesitas?
—¡Te quiero en mi oficina ya!
—Joder, hombre qué temperamento el tuyo. Voy en camino.
Cuelgo la llamada y me quedo esperándolo. En menos de 5 minutos la puerta es abierta y veo su rostro asomarse con cautela.
—¿Para qué soy bueno?
—Termina de pasar o te romperé la cabeza.
El muy imbécil se carcajea y lo escucho decir:
—Con tu temperamento me d