Kira Petrova
No sé en qué momento me atreví a hacer está locura, pero ya estoy metida en este embrollo. Me encuentro con Agata en una tienda de lencería comprando las cosas necesarias para el acto que daré por primera vez hoy.
Esta noche haré acto de presencia en The Dark, el local donde trabajan las chicas. Estoy muy ansiosa porque no sé si lo que tengo preparado vaya a agradarles. Esta semana preparé la rutina según lo que observé la noche que fui de espectadora; Yelena también me ayudó integrando pasos sensuales que captarán la atención de los hombres. Esto es muy importante para que puedan darme propina y obtenga una buena paga.
—Este conjunto se te verá bien, Kira. —escucho a Ágata a lo lejos mientras yo camino por los pasillos del lugar.
Me dirijo hasta donde se encuentra y tiene alzado un diminuto vestido rojo.
—Definitivamente, no —me niego.
—¿Por qué no? Te quedará hermoso; tu tez es blanca y resaltará a la perfección el color de tus ojos. Piénsalo.
—No, Agata. Es una locura. Nunca me he puesto algo como eso, mi madre me matará si se entera de esto.
—Kira, recuerda por qué estás haciendo esto. Por culpa de ella has tenido que buscar trabajo.
Bufo al escucharla. Ellas creen que mi madre es la malvada porque me dejó a la intemperie, pero yo entiendo claramente los motivos de su decisión.
—No te expreses así, sabes muy bien lo que opino de eso.
—Muy bien, no diré nada más. Compremos lo que hace falta, debemos apresurarnos.
Pasamos la tarde de tienda en tienda hasta que finalmente encontré el atuendo perfecto para mí. Un conjunto de dos piezas tejido, de color negro. Se ajusta perfectamente a mi cuerpo y muestra toda mi figura. Adicional a esto, seleccioné un buzo de malla con capucha amplia del mismo color, pero de tela transparente para colocármelo por encima del traje; lo necesito para el acto. Cuando estoy por cancelar la compra veo al costado unos antifaces hermosos, me acerco y los visualizo de cerca. Uno de ellos capta mi atención y me lo pruebo por encima para verificar si me queda bien. Me quedo fascinada con lo bien que se ve mi rostro; además es la forma ideal de ocultar mi rostro y que no me reconozcan.
Salimos de allí con todas las cosas y mis nervios comienzan a ponerse a flor de piel al ver cómo las horas pasan rápidamente dejándome tan poco tiempo para prepararme mentalmente.
(***)
Por la noche, Yelena vino a ayudarme a preparar. Me maquilló y pintó mis labios de rojo oscuro. Guardé el buso, el antifaz y las zapatillas en un bolso pequeño que llevo conmigo; el resto de la ropa la llevo puesta.
—¿Lista? —inquiere Ágata.
—No, pero vámonos antes de que me arrepienta.
Ellas sonríen.
—Lo harás bien, de seguro les encantará tu acto.
—Eso no es lo que me preocupa —comento.
—¿Entonces?
—Lo que me tiene nerviosa es presentarme delante de tantos hombres y que todos tengan la mirada fija en mí.
—No pienses en eso, imagina que es como las presentaciones que hacemos.
—No es igual. En las presentaciones cada espectador está al pendiente del espectáculo y no de mi cuerpo.
—Es cierto, pero tú solo imagínalo de la forma que te estoy diciendo y todo saldrá bien. Cuando salgas centra tu mente en que es el acto de tus sueños y que estás en el teatro más grande del mundo teniendo tu primer solo.
Respiro profundo y boto el aire. Agata palmea mi espalda y profiere:
—Confiamos en ti, estarás estupenda. Vamos…
Salimos de la academia y tomamos el taxi que nos esperaba en la entrada. Minutos después llegamos al local y nos adentramos a un mundo totalmente distinto. A estas horas de la noche la gente normal duerme y los demonios nocturnos están al acecho.
Entramos al camerino dónde todas las chicas se preparan para dar un buen espectáculo y Yelena me presenta:
—Hola, chicas. Les presento a… —gira a verme y me pregunta: ¿Qué seudónimo usarás?
La miro confundida sin saber a qué se refiere.
—¿Seudónimo? —inquiero.
—Sí, el nombre que utilizarás para identificarte en el escenario.
—Ah… —me detengo a pensar y no se me ocurre nada.
—The angel. —escuchamos a una de las chicas expresar. Levantamos la vista y esta nos sonríe—. Es acorde a tu rostro. Por lo que veo es la primera vez que haces esto, así que el seudónimo es perfecto.
—Me gusta —expresa Agata.
—De nada —dice la chica pelirroja y sonríe.
—Gracias… —profiero.
—Bueno como les decía, ella es The angel. Trátenla bien para que no se espante —ríen.
Cada una me da la bienvenida a su estilo y me dirijo al final del pasillo donde Yelena y Agata acomodan sus cosas. La noche transcurre entre idas y vueltas de las chicas hasta que finalmente es mi turno. Llevo todo el atuendo puesto cuando Yelena aparece junto a Agata porque ambas actuaron en dúo hoy.
—¡Kira, te ves increíble! —se sorprenden al verme.
Sonrío tímidamente porque no sé si lo que menciona es completamente cierto.
Llevo el cabello suelto con ondas que caen sobre mis hombros, pero el antifaz todavía no me lo he puesto porque no sé si se verá sobrecargado el atuendo.
—Gracias…
—Amiga, ¡por Dios! De seguro obtendrás una buena propina con solo hacer acto de presencia.
Rio.
—No digas tonterías, ojalá fuera así de fácil —respondo.
—Bueno, lo que te queremos decir con esto es que te luzcas en el acto porque físicamente estás de infarto.
—Cree en ti misma, Kira. Aprende a tenerte más confianza. Siempre te lo dicen en clases, recuérdalo…
—Lo intentaré, gracias…
—Ve y cómete el mundo.
Salgo del camerino con el antifaz en la mano. Es cierto lo que ellas dicen, debo confiar más en mí misma y volar alto como me lo dijo mi madre. Antes de salir al escenario me coloco el antifaz y me subo la capucha tapándome el cabello.
Escucho el compás de la música y salgo. Veo a todos a mi alrededor y cada uno está concentrado en lo suyo hasta que la luz del reflector me apunta.
“Esta noche tenemos una nueva integrante que nos deleitará con un gran espectáculo, ella es The angel…”
Cuando la voz masculina termina de gesticular sus palabras por el intercomunicador, todos los hombres fijan su mirada en mí. Comienzo a sentirme nerviosa, pero respiro profundo y recuerdo las palabras anteriores que las chicas me dijeron previamente a salir. Tú puedes, Kira. Es por tu futuro, me digo mentalmente.
Levanto la cabeza con determinación y comienzo a moverme al compás de la música. Lo bueno es que ninguno puede ver mi verdadero rostro, así que puedo ser esa chica que ha querido salir de su escondite por muchos años. Es hora de demostrar mi lado perverso y oscuro porque estoy segura de que se esconde en alguna parte de mí.
Muevo mis caderas y hago pasos mixtos. Me subo al tubo y hago algunas maniobras practicadas con Yelena. La capucha se me baja poniendo al descubierto las ondas de mi cabello, ante esto, algo se apodera de mí y hago movimientos sensuales en cada paso que doy.
Le sonrió a uno que otro sujeto y acaricio mi cuerpo. Recorro todo el escenario para no quedarme fija en un solo lugar y que todos puedan ver lo que hago.
Finalmente termino jadeante y cansada, pero a la vez satisfecha de lo que acabo de hacer. ¡No puedo creer que lo haya hecho! Camino hacia la punta del escenario y me despido de los espectadores quitándome el buso y exponiendo mi cuerpo por completo. Giro y no sé por qué, pero levanto la mirada hacia la parte superior del local. Allí rápidamente diviso al querido Adonis que vi la primera vez que estuve aquí. Él se queda observándome y yo no le aparto la mirada. ¡Joder! Hoy está más guapo que ese día o son ideas mías, pienso. Lo cierto es que verlo me hizo subir de nuevo la adrenalina, así que le sonrió atrevidamente. Él no tiene ninguna reacción ante mi gesto, por eso decido retirarme al camerino antes de que me digan algo. Sin embargo, cuando salgo del escenario caigo en cuenta de algo, ¡carajo! El Adonis me vio bailando.
—¡Kira! —Yelena me saca de mis pensamientos—. Joder, amiga eso estuvo de infarto.
Rio al escucharla.
—¡Mierda, sí! Menos mal que estabas nerviosa porque de lo contrario quién sabe lo que hubieras hecho —se carcajean mientras caminamos hacia los camerinos.
—Felicidades, The angel. Tu acto fue el mejor de esta noche... —comenta una voz gruesa detrás de mí.
Detengo el paso y giro a ver de quién se trata, lo que no esperé es encontrarme al Adonis parado justo frente a mí. ¡Ca-ra-jo!
Dmitry SokolovDespués del merecido que le di a Anton, sacó a toda su gente de mi territorio y no he vuelto a saber de él. Realmente eso es lo que espero cuando le dejo claro a alguien que nadie se me mete conmigo y sale ileso de ello.Todavía tengo las manos llenas de moretones por los golpes que le propicie ese día...Flashback—¿Creíste que podrías invadir mi territorio y quitarme a mis mejores clientes? —golpeo su rostro con mi puño.Él se ríe y veo sus dientes ensangrentados.—¿El Dios de la oscuridad no soporta un poco de competencia?—No es que no soporte la competencia, idiota. Simplemente que no me gusta que metan sus narices en lo que me pertenece y tú trataste de quedarte con mi territorio. Por eso debes recibir una lección.Tomo un cable pasa corriente y ajusto las pinzas a la silla de metal.—¡Enciéndanla! —ordeno a mis hombres. Observo su cuerpo temblar a medida que aumenta la velocidad de la corriente. Hago un gesto con la mano para que apaguen el interruptor y su cuerp
Kira PetrovaNo puedo creer lo que acaba de ocurrir. El Adonis vino a felicitarme y se fue dejándome plantada como una tonta. Comienzo a mirar en diferentes direcciones para ver si lo visualizo por algún lado, pero no obtengo ningún resultado. En cambio, a la que veo es a Yelena venir en mi dirección.—Kira, ¿pasó algo?—No —niego con la cabeza.—Nos dejaste caminando sola y cuando llegamos al camerino no te vimos detrás de nosotras.—Es que me acaba de ocurrir algo muy extraño.—¿Qué? No me digas que un cliente se propasó contigo. Porque sí es así hay que hablar con Vigo de una vez.—¡No! Nada de eso. Es que…—¡Kira! Aquí estás. Te estábamos buscando… —irrumpe Agata.—Estaba por contarme por qué se encuentra aquí —responde Yelena.—¿Entonces?—Le decía a Yelena que me ocurrió algo muy extraño, un hombre vino a felicitarme por mi acto y luego se fue sin más. No entendí muy bien su reacción.—¡Vaya! Sí que es extraño.—Eso mismo pienso, por eso me quedé parada aquí. Su reacción me dejó
Dmitry Sokolov.¡Joder! Soy un estúpido de mierda que no fue capaz de proferir palabra alguna al tener a ese hermoso ángel frente a mí. Aunque no pude ver su rostro completamente, de algo estoy seguro y es que, es hermosa tal y como es.Camino rápidamente a mi oficina y al llegar me sirvo un trago. Lo necesito para bajar la adrenalina que recorre mi cuerpo en estos momentos. Me asomo por el ventanal de mi oficina y contemplo a todos los hombres entretenidos con diferentes mujeres; aunque en mi cabeza solo aparece la imagen de The angel una y mil veces. ¡Carajo!Llamo a Vigo por teléfono y este me contesta al tercer tono.—Dmitry, ¿qué necesitas?—¡Te quiero en mi oficina ya!—Joder, hombre qué temperamento el tuyo. Voy en camino.Cuelgo la llamada y me quedo esperándolo. En menos de 5 minutos la puerta es abierta y veo su rostro asomarse con cautela.—¿Para qué soy bueno?—Termina de pasar o te romperé la cabeza.El muy imbécil se carcajea y lo escucho decir:—Con tu temperamento me d
Kira Petrova—Uno, dos, tres, cuatro… —el profesor nos dirige al ritmo de la melodía que suena de fondo.Haremos un acto sobre el cisne negro y todas las chicas audicionaremos para el papel principal. Estoy emocionada porque siento que esta puede ser mi oportunidad de demostrar de lo que estoy hecha.—Kira, la espalda recta al hacer el Plié.Acomodo mi posición y hago el movimiento de nuevo. El profesor asiente al verme y pasa por mi lado sin decir nada más.Suelto el aire que tenía contenido y me relajo un poco más. Cada vez que el señor Garrett se queda mirando mis movimientos comienzo a sentirme nerviosa y suelo equivocarme. Pienso que lo estoy haciendo mal o que va a regalarme, aunque las chicas me han comentado que es mejor que él se fije en mí porque eso significa que lo estoy haciendo bien. Algunas de las que tienen tiempo mencionan que ni las mira o reprende y por eso se esfuerzan el doble en hacer las cosas bien.Este mundo tiene mucha competencia, además de que es algo que t
Dmitry SokolovDesde que vi a The angel en el local no he parado de pensar en ella. Me cabrea el hecho de que Vigo no logrará que accediera a mi propuesta, pero sé que tarde o temprano estará a mi completa disposición.He tratado de sacarle alguna información a Vigo sobre ella y no ha soltado ni una sola palabra. Todos estos días lo he llamado para preguntarle si no le ha dado alguna respuesta y lo que hace es desviar el tema. Estoy seguro de que no ha tenido el más mínimo interés en presionarla para que piense un poco más los beneficios que obtendrá el bailar para mí, así que debo moverme por mi cuenta.Estos días no he podido ni concentrarme como de costumbre. Me inquieta mucho el hecho de que no tengo el control sobre ella y tampoco sé su verdadero nombre para indagar en su vida privada. Vigo mencionó a un posible novio y, de solo rondar esa idea en mi cabeza, me pongo de mal humor.No puedo seguir en esta situación, tengo un imperio muy grande por gobernar y no puedo cometer ningú
Dmitry SokolovSalimos del restaurante y de camino a casa mi entrepierna se endurece como una roca al recordar el cuerpo de la novia de Vigo. ¡Carajo! Es imposible que con su presencia mi amigo se comporte de esta forma. Además, si él es su pareja no debo sentir este tipo de atracción por ella, es una chica imposible para mí. Vigo es mi amigo y jamás le robaría a una novia solo para satisfacerme. Hicimos un pacto cuando éramos jóvenes, jamás podríamos en juego nuestra amistad por una mujer y tampoco nos meteríamos con la ex del otro. Nuestra amistad es más importante que cualquier mujer. Aunque, a pesar de estar de acuerdo con esto, mi amigo no quiere colaborar con la razón. Acelero el auto lo más rápido que puedo para llegar a casa y ocuparme de mi problema. —Cariño, ¿pasa algo? Estás conduciendo muy rápido —inquiere Alexandra un tanto preocupada. —Pasa mucho. Necesito que te encargues de algo y me satisfagas. Espero que estés preparada, no quiero tener que esperar por ti.—Lo es
Kira PetrovaHoy será mi segundo día de presentación en el local como The angel. Estoy ansiosa por mostrar mi nueva rutina y también por volver a ver a mi Adonis. Algo me dice que me lo encontré en el local más de una vez y eso me tiene bastante inquieta porque ese hombre causa en mí emociones incontrolables con tan solo una mirada. Ese día en el restaurante salí huyendo porque no pude controlar varios factores. Primero, el verlo en el mismo espacio sin el antifaz que llevaba puesto ese día. No quiero que nadie que no sea Vigo, conozca mi verdadero rostro. Segundo, encontrarlo justamente con su esposa. En algún punto imaginé que tenía pareja, sin embargo, no estaba preparada para tomarme con esa realidad. Y tercero, no aclarar cuando pude el malentendido que su esposa, la tal Alexandra, declaró expresando que era la novia de Vigo cuando no es así. Por más que traté de zafarme de esos tres, no pude hacerlo con Vigo. Él no tiene la culpa de lo que pasó ese día, aunque si bien es ciert
Kira PetrovaEl beso que me dio Cedric me ha dejado desconcertada. Pasamos de un punto al otro tan rápido que ni siquiera tuve oportunidad de reaccionar. Desde que lo conocí en las clases tuve el deseo de que algo como esto pasara y sinceramente ahora que ocurrió siento que todo ha sido fruto de mi imaginación. —¡Kira! Salgo de mis pensamientos y veo a Agata acercarse a mí. —Te he estado buscando, ¿qué haces aquí? No deberías estar preparándote para esta noche.—Sí, es que no pensé que me demoraría más de lo habitual.—Eso, picarona. Cuéntame qué te hizo demorarte —comenta juguetona moviendo sus hombros. —Si te cuento, ¿prometes no hacer un escándalo?—¡OMG! Debe ser algo grande, ¡cuenta de una vez!—Agata —advierto.—Está bien, no lo haré, pero dime que me tienes intrigada. —Cedric pidió hablar conmigo y estuvo aquí hasta hace unos minutos. —¡¿Qué?! ¿Cedric? ¿El mismo Cedric moja bragas de cualquier chica?—¡Agata! Te lo advertí.—Lo siento, es que no puedo creerlo. ¿Qué quería