Un mes después
Mi vientre no para de crecer, mi agotamiento es más evidente y yo no logro conseguir una sola alucinación lo suficientemente fuerte para que la alucinación que cree de Edmond pueda hablar.— Esto debe ser una maldita broma.— Bueno, no puedes exigirte más cuando no he visto una sola alucinación de los chicos con seres que hablen. Ellos solo ocultan su presencia y aroma. — dice Edmond.— Lo sé, pero, eso no es suficiente, si no hablas, se darán cuenta que eres una alucinación. — digo angustiada.Mi bebé se mueve constantemente y es la mano de Edmond sobre mi vientre lo que siempre lo tranquiliza.— Pequeño, cálmate un poco, tu madre está agotada. — dice Edmond.— ¿Por qué sigues pensando que es un niño? Me han dicho que las mujeres son las que tardan en moverse en las humanas.<