Lili
Siento un fuerte olor en mis fosas nasales y de a poco abro los ojos, lo primero que veo es la hermosa sonrisa del doctor Sebastián, sus ojos azules están fijos en mí y a cualquier movimiento que haga, me quita lentamente el algodón y con su otra mano me agarra suavemente por el brazo.
— ¿Estás bien? — Dice y me hace una revisión rápida de mi pulso.
— Si, pero que me pasó.
— Un ataque de ansiedad, debido a la noticia de tu padre. Te mandé a realizar unos análisis de sangre para asegurarnos que todo esté bien.
Me ayuda a sentar, y sonrío triste.
— Puedo ver a mi padre.
— Claro que sí, ven te llevaré con él.
Me ofrece la mano con una sonrisa, dudo un poco, pero termin&o