El regreso a casa de Alonso y Anna fue en un silencio feroz. Cada uno luchaba con sentimientos encontrados. Si bien, la discusión había girado en torno del matrimonio, las esquirlas del enfrentamiento los habían tocado a ellos.
_ Llévame a mi casa_ dijo Anna rompiendo el silencio.
Alonso la miró levemente.
_ ¿Qué es lo que nos está pasando Anna? Se supone, que no deberíamos estar así.
Ella lo miró sorprendida.
_¿Así cómo Alonso? _ resopló_ No sé que quieres que te diga... sigues subestimando lo que digo, pero el tiempo y las circunstancias siempre me dan la razón_ dijo Anna enojada.
Alonso apretó los labios, sabía que indefectiblemente se venía la discusión.
_ Bien, dime en qué según tenías razón, te escucho_ le dijo tranquilo.
Anna hizo una mueca de desdén.
_ Me cansé de decirte que esa mujer jamás nos dejaría en paz, no... corrijo, jamás te dejaría en paz. Y tú creyendo lo contrario. ¿Acaso me crees tonta Alonso? Era obvio que seguiría con el cuento del hijo, te conoce y sabe bi