Me despierto con un reguero de besos en mi espalda. Aún no abro los ojos, pero estoy ya despierta y empiezo a recordar lo que pasó la noche anterior y sonrío al revivir una noche tan intensa como esa. Me desperezo en la cama y choco con un cuerpo cálido y fuerte al lado mío. Finalmente abro un ojo, para ver a Derek a mi lado, sonriendo también.
--¿Qué tanto miras? – pregunto, al ver que él está muy despierto, apoyado en un brazo, mirándome fijamente.
-- A ti – dice sin más y comienza a acariciarme con la yema de un solo dedo, por el cuello y mis senos.
--¿Qué tengo de especial que estés mirándome así? – imagino el aspecto que debo tener, con la cara un poco hinchada luego de haber dormido boca abajo y el pelo hecho un desastre con la actividad de anoche.
--Que eres hermosa – dice y me besa con dulzura.
Como siempre nos pasa, una cosa lleva a la otra y terminamos involucrados entre besos, caricias y lujuria, pero esta vez el sexo es más pausado que