Capítulo 70
No sabía que estaba haciendo, Pero mía amor por Santiago me volvía débil, haba dicho tantas veces que no caería, que no lo perdonaría, y de nuevo estaba a merced de sus besos y de sus caricias.
Odiaba admitir que la liberación de Vicente, la había usado tan pronto, Pero lo que sentía era más grande de lo que yo podía manejar.
Los besos se volvieron más intensos, como si lleváramos años sin probar la boca del otro, con esa intensidad que me quemaba la piel
Él soltó el cinturón con una mano mientras la otra me sujetaba del cuello, tirando de mí, para que no escapada de este deseo y no dejarme ir.
El aire del carro se volvió pesado, caliente, se empañaban los vidrios, Empezó a besarme el cuello, justo como sabía que me volvía loca, y yo no pude evitarlo, solté un gemido que él celebró con una sonrisa.
—Santiago... Mmm ... Me estoy mojando —logre decirle mientras mi cuerpo se aceleraba cada vez en medio del deseo.
—Es lo que deseo mi amor —susurro en mi oído mordiendo mi lobul