Capítulo 24
Cuando Santiago y Isabel se acercaron, sentí cómo mi cuerpo empezaba a temblar, tenía nervios y rabia por verlos juntos.
A pesar del ruido, la música y las risas, con tan solo verlos, la fiesta se había arruinado para mí, por un momento pensé que podía tener una vida tranquila sin el, pero no, eso no era posible, solo su presencia me hacia perder la paz, los celos me estaba matando.
Mike me sostuvo por la cintura
—¿Te sientes bien?
Yo solo tragué saliva y mantuve la compostura, sonríe falsamente para que el no sintiera que algún pasaba.
—¿Qué haces aquí, primo? —preguntó Mike con ironía cuando Santiago se acercó —. No pensé que asistirías a una fiesta... considerando lo amargado que estás últimamente.
Santiago me miró fríamente, conocia esos ojos que a veces terminaban en gritos, estaba furioso.
—Isabel quería venir. Es mi esposa, no la iba a dejar sola, es mi deber acompañarla.
Eso me quemó, su matrimonio estaba salvándose y yo muriéndome.
Isabel me miró, pero tampoco co