Capítulo 24. Impotencia
LIAM
Mi cuerpo se siente caliente, y algo afilado lastima mis costillas en cada respiración que tomo. Trato de abrir los ojos, pero al instante vuelvo a cerrarlos debido a la luz que daña mi vista. Intento de nuevo, haciendo sombra con mi mano y me levanto despacio, aturdido.
La cabeza me da vueltas como si tuviera resaca y me obligo a recordar por qué me encuentro en el patio trasero de mi casa, semidesnudo y adolorido.
Pequeños flashbacks de la noche anterior estallan en mi mente como fuegos artificiales: la fiesta, el bosque, Daniela…
Entro a la casa, trastabillando con cada objeto que se cruza en mi camino, mientras trato de mantenerme en pie.
La voz de Daniela resuena en mi cabeza y tengo un vago recuerdo de sus pequeños puños golpeando mi pecho «"Te odio, Liam"»
Sus piernas rodeando mi cintura, un árbol, mis colmillos…
Respiro con dificultad al entrar a mi habitación y ver nuestra ropa desparramada por el suelo: mi traje, sus tacones, mis zapatos, su hermoso vestido negro roto