—Si las palabras bastaran, ¿para qué necesitaríamos policía en este mundo? —preguntó el calvo con sarcasmo.
—Entonces, ¿qué tiene en mente? —preguntó Natalia con especial cautela.
El calvo acariciaba su barba mientras examinaba detenidamente a Natalia de pies a cabeza con una mirada maliciosa.
—Buen