Al fin y al cabo, Miguel no dio un “sí” rotundo.
Raúl no pudo evitar fruncir el ceño y corregir:
—Señor Rodríguez, un solo árbol no puede sostenerse. Usted sabe lo difícil que es resistir situaciones difíciles sin apoyo o colaboración. Por más fuerte que sea, no puede luchar contra una secta.
—¡Ja,