Por cierto, tenía que darle las gracias a esta vieja.
Si no fuera por ella, no podría enamorar a Alicia tan rápido. Ja, ja, ja…
Francisco subió al asiento del conductor y estaba a punto de ponerse en marcha.
Miguel extendió el brazo y lo sacó de manera violenta del coche.
Y su otro brazo, arrancó la