Al disiparse el humo, se veía claramente la figura de Miguel.
Pascual entrecerró los ojos levemente y se fijó en Miguel.
—¿Quién eres?
No respondió Miguel, pero sí dirigió su mirada hacia Alicia.
Preguntó con una voz fría:
—¿La golpeaste?
Rafael, sentado en una silla de ruedas, miró a Miguel fruncie