Miguel negó con la cabeza.
—No.
Alicia suspiró aliviada. Comenzó a relajarse y su puño apretado comenzó a abrirse gradualmente.
—Miguel, te pido disculpas en nombre de mi hermano. Él no es consciente de lo que hace, por favor, no se lo tengas en cuenta —se disculpó Alicia.
Alicia se sentía muy averg