—¡Yo le di el dinero a Lena! ¡Yo pagué los servicios de su madre para alejarla de usted! —exclamó en un intento por regresarle el golpe—. Fred no tuvo nada que ver.
—¿Tú? —Rainer la vio de pies a cabeza con desprecio—. Ni prostituyéndote podrías ganar tanto dinero, «fräulein». No eres hermosa, tamp