—Pues no lo quiero de regreso… Si deseas venderlo o regalarlo, es tu responsabilidad.
—Que seas dadivoso no cambiará nada entre nosotros.
—Lo sé… Corrijo mis palabras, tienes alma de perro cuando alguien te trata bien, pero eres tan orgullosa como un gato y me alegra que ahora le toque a Román pa